La humanidad ha evolucionado tanto en los últimos 100 años, que aparentemente no nos queda más remedio que retroceder.
Me ha entristecido mucho los acontecimientos de las últimas semanas en Estados Unidos, y mundialmente a consecuencia de la muerte de George Floyd. Tanto es así, que decidí salir de mi rol como psicóloga y coach para expresar como persona mis sentimientos de tristeza y hasta frustración, repudio, y rechazo a la discriminación (de cualquier tipo).
Y cuando hablo de discrimen, no me limito solamente al discrimen por raza (color de piel), esa es solo una de las modalidades. Me refiero también al discrimen por rechazar ideologías, creencias, tipos de personalidad; hasta por maneras de pensar. Incluyo el discrimen por género, vestimenta, estilos de vida, etc. En fin, todo aquello que vemos en otros y por tendencia o hábito las rechazamos solo porque no coincide o concuerda con nosotros o lo que nosotros definimos como "correcto".
¿Qué tal si la intolerancia es uno que podríamos aplicar, pero al revés? Con la misma fuerza que somos intolerante hacia otros que son diferenes a nosotros, seamos intolerantes a la injusticia, intolerantes a la corrupción, intolerantes a la falta de honradez e integridad. Activemos la intolerancia en modo invertido para aceptarnos tal cual cada persona es o desea ser, parézcanse o no a la nuestra. Una imagen, que, en fin, por naturaleza es subjetiva e individual. La historia nos ha enseñado que esas diferencias nos enriquecen y nos han convertido lo que somos hoy día.
La humanidad se crece grandemente cuando en momento de crisis, ponemos a un lado esas diferencias para apoyarnos y ayudar. Lo hemos experimentado muchas veces; en desastres naturales, o crisis de alguna familia en particular.
Entonces, ¿Por qué mejor, activamos esos estados de crisis para que apoyemos, ayudemos, y a la vez aprovechemos para aceptar a otros distintos a nosotros? Activemos un estado de crisis hipotético hasta convertirlo en un estado más permanente.
Porque, aunque no te des cuenta, ¡ya estamos en una crisis!
Robert Ingersoll decía “Dale a cada ser humano el derecho que tú reclamas para ti”.
Dra. Emilia Concepción, PhD, PCC, econcepcion@strategies-coaching.com
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